MÚSICA
EN EL NIVEL INICIAL
Judith Akoschky
una hermosa canción…un momento oportuno para el canto…algunos
instrumentos para tocar y acompañar…Un tiempo y un lugar para escuchar…un
espacio para compartir…… para aprender…… para descubrir…… para disfrutar
…
Introducción
Este artículo propone reflexiones acerca de la presencia
de la Música en el Nivel Inicial: como objeto de conocimiento, como ventana
abierta a la percepción, como estímulo para la producción creativa,
como medio de expresión y comunicación y fuente de sensibilización.
Estos temas reinstalan el debate entre la disciplina, la
concepción de enseñanza artística que se sustenta y el lugar asignado por
la institución edu- cativa y por la sociedad misma a la música escolar, no
siempre jerarquizado ni reconocido como lo merece su historia y su
presencia actual. Este debate podría determinar orientaciones más
adecuadas para que la música en la escuela despliegue sus
posibilidades educativas y su potencial sensible y creador.
¿Qué propone la educación artística en el Nivel Inicial?
Sin dudarlo podemos responder que los diferentes lenguajes artísticos coinciden
en la intención del dominio productivo, de la percepción y apreciación estética
y el desarrollo de la capacidad crítica.Para abordar los diferentes temas recurrimos en esta oportunidad alrelato
de experiencias áulicas con alumnos de diferentes edades del Nivel
Inicial. Es nuestro deseo que a través del análisis de las mismas podamos
abrir el debate hacia los puntos señalados. Incidir en la tarea docente aportando
ideas, sugiriendo diferentes maneras de encarar las actividades, o recreando
prácticas habituales en el Jardín, es el objetivo de este artículo que se
centra en las posibilidades de la Música en el Nivel Inicial. Hemos incluido
además algunas referencias acerca del cancionero infantil, y ampliado
conceptos relativos a los instrumentos “no convencionales”, dos temas
ineludibles en la educación musical de los más pequeños.
Las actividades musicales
“Al hablar de actividades musicales será necesario
recordar que las mismas deben enmarcase dentro de una disciplina artística
que tiene el propósito de desarrollar la apreciación estética, la
producción expresiva y creativa, la participación placentera y gozosa. También
será importante tener en cuenta que el lenguaje musical se articula en el
tiempo con coherencia y sentido, y que estas características se deben
preservar. En consecuencia, las actividades que se programen deberán
tener como brújula esos propósitos y no perderlos de vista frente a los diversos
aspectos que es necesario atender.“ Cada actividad, cada secuencia de
actividades, cada proyecto puede describir una trayectoria determinada por un
inicio, desarrollo y cierre. Proyectando esta modalidad se facilitará
capitalizar los logros obtenidos y determinar las dificultades
presentadas, retomándolas en clases siguientes para dar continuidad y evolución
a los aprendizajes. Los momentos de cierre permitirán la recapitulación del
trabajo realizado y darán lugar a nuevas posibilidades, nuevas actividades y
también nuevos proyectos.“ Es importante que las actividades sean
coherentes con los contenidos que se desee abordar. Esa coherencia estará
determinada por la forma en que se articulen eficazmente y con la variedad
necesaria los diferentes pasos. No tendrán igual diseño actividades de
exploración sonora que las de aprendizaje de una canción o las de escucha
y apreciación de una pieza musical. “La organización del tiempo, del espacio,
la selección y distribución de mate- riales, la organización grupal, son
algunas de las cuestiones relativas a las actividades que es necesario
profundizar y desarrollar. No todas las actividades requieren del mismo
tiempo. De todos modos no hay reglas absolutas ni normas fijas, debido a los
variados factores que siempre intervienen. Pero el tiempo asignado a una
actividad es un factor que contribuye en forma positiva al logro de sus
objetivos. Un tiempo prolongado más allá de lo necesario puede provocar
pérdida del interés de los alumnos, desbordes grupales y cierres caóticos de
actividades que en su inicio convocaron con entusiasmo y adhesión al grupo
en su totalidad.“ Al igual que el tiempo, diferentes usos del espacio pueden
favorecer el desarrollo de las actividades. Cantar en un rincón sombreado del
patio, escuchar música disponiendo las colchonetas de una nueva forma y en
otro lugar de la sala, despejar el espacio para formar un semicírculo en
el centro de la sala de música para conocer nuevos instrumentos, usar
varios rincones para tareas de exploración y experimentación sonora serán
algunas de las posibilidades de modificación del espacio, reacomodado de
acuerdo a las necesidades de la actividad. Estos cambios introducirán
variaciones positivas, estimulando en cada caso la participación y el aporte de
los alumnos.
“Todos estos son aspectos a tener en cuenta cuando
se proyectan y planifican nuevas actividades. Las experiencias que estas
promuevan determinarán el conocimiento y la sensibilización progresiva de
los alumnos y el enriquecimiento de sus posibilidades para la
producción y la percepción musical.
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“El aprendizaje
requiere tiempo. No basta con realizar una vez una actividad para que los
niños se apropien de los nuevos contenidos puestos en juego. Esto obliga a
retomar las propuestas, no de manera automática y rutinaria. En música las
repeticiones pueden ser también útiles a los efectos de “reinterpretar” una
canción, rehacer una orquestación, volver a escuchar una pieza musical para
descubrir otra característica no percibida en la primera audición.
Estas repeticiones se caracterizan por tener nuevos objetivos en cada
oportunidad, y significan además el otorgamiento del tiempo más extendido
que requieren algunos alumnos para acceder a ciertos aprendizajes. (Diseño
Curricular para la Educación Inicial, GCBA, 2000)
A continuación relataremos actividades musicales muy
frecuentes en el nivel inicial: la enseñanza de una canción, la exploración
sonora, la ejecución instrumental, la escucha musical, la evocación sonora, la
orquestación de una canción. Al finalizar el registro de cada una de ellas
haremos referencia a las condiciones que requieren para su mejor
desarrollo, para su mayor aprovechamiento.
Enseñando una canción
A niños de 4 años de edad “La canción no requiere de
elementos visuales ni para su enseñanza ni para su reconocimiento: se
basta por sí misma para desencadenar imágenes y emociones provocadas por
su texto, ritmo y melodía, por su carácter y por el inmenso placer que
produce el canto colectivo e individual”.
“Las canciones se enseñan creando la buena disposición de
escucha. Ésta se logra por diversos medios, pero, sobre todo por el canto
entusiasta del maestro. No habrá mejor sustituto que la convicción en la
interpretación comunicativa. Luego será necesario elegir distintas actividades
para que la repetición necesaria favorezca el aprendizaje de todos, sin fatiga,
sin desgaste, en continua reinterpretación. Las canciones deben enseñarse
eligiendo el momento adecuado; la correspondencia entre el carácter de la
canción y el estado grupal es tan importante como las características de nivel
de complejidad de la canción. Y más aún, siendo tan flexible esta
característica, podría decirse que una canción no prevista para cierto
nivel es a veces mejor aprendida por el acierto y la oportunidad de
su enseñanza”.
Dice el docente a sus alumnos: --Quiero
hacerles escuchar una canción. Y luego de cantarla: --¿La recuerdan? ¿Ya
la canté en otra oportunidad? --Voy a cantar la primera estrofa, que
dice así...--¿Quieren escucharla nuevamente?
--Ahora cantemos todos juntos la primera estrofa
completa.--¿Otra vez? Pero antes voy a repetir el texto.--¿Alguien
quiere cantar solo conmigo? ¿Alguien más? ¿Otro más? -- Volvamos a
cantarla todos juntos, pero esta vez cantando “más suave” - con menor
volumen- así me escuchan mejor.--La canción sigue así... (el docente
canta la segunda estrofa).--¿Cambia la melodía o es la misma? ¿Sólo cambia la
letra? ¿Qué dice la le- tra? --La escuchamos nuevamente, para
entenderla mejor...--Cantemos todos juntos las dos estrofas. Yo los acompaño
con la guitarra.--Traje la canción grabada por un grupo de chicos;
¿la escuchamos? --¿Quién se lleva el CD y lo escucha en
su casa? --En la próxima clase la seguiremos aprendiendo. Y si podemos, la
grabamos…,
Condiciones: para realizar esta actividad el docente
debió seleccionar la canción anticipadamente y conocerla con todo detalle: su
ritmo, su melodía, el texto completo, su origen, sus autores si
los tuviera, su estilo. Cuanto más compenetrado esté en todas estas
características, mejor será su propia inter-pretación, la que transmitirá con mayor fidelidad a sus alumnos. El maestrotambién
se debe haber preguntado si la canción elegida sería del agrado de sus alumnos
y si aporta al repertorio de canciones que ya dominan. En contra versiones
grabadas puede significar enriquecimiento: seguramente habrá diferencias de
interpretación, de instrumentación, de carácter, que los alumnos podrán
apreciar por comparación al escucharlas con la guía del maestro.
El cancionero
Por la importancia que reviste el tema del cancionero nos
hemos extendido en este punto remitiéndonos a aspectos orientadores a los que
se puede recurrir tanto para la búsqueda como para la selección de
canciones. Dónde están las buenas canciones, se preguntan con frecuencias maestras
de sala y docentes de música. Podemos hallarlas en el rico cancionero popular -
tradicional y folclórico – que proviene de diferentes contextos
culturales; a este tesoro de invalorable riqueza se suma la producción de autor
con numerosos cancioneros creadosespecialmente para los niños. En el primer grupo se puede incluir el cancio-nero
tradicional
–"carece de autor cierto, no se sabe dónde tuvo su
origen y se transmite oralmente con múltiples variantes desde épocas
consideradas anti- guas. Los arrullos y cantos de cuna, las coplas de nana
con rimas y juegos del adulto con el niño cuando ya pueden realizarlos con
autonomía, los romances, romancillos y los diversos géneros melódicos que
utilizaron estas y otras formas literarias conforman un repertorio de indudable
calidad, producto del filtro y la decantación de los tiempos”.
El folclore también aporta un material valioso para el
repertorio infantil generalmente con fuertes características locales
–lenguaje, ritmo, melodía– y
su conocimiento requiere compenetración e identificación
estilística; pero estas características no impiden el entusiasmo que provoca su transmisión
y difusión.
Juegos tradicionales con música:
La música y el juego han trazado itinerarios paralelos en
incontables ocasiones. De esto da cuenta el copioso repertorio tradicional de
canciones, rimas, juegos de sorteo, rondas, etc., al que hicimos referencia en
párrafos anteriores. Aunque con evidentes señales de extinción
este proceso no significa una desaparición fulminante,
conservándose con mayor énfasis los juegos cotidianos para los muy, muy pequeños:
juegos de manos, de cosquillas, de balanceo, de “galope”, todos juegos que
acompañan el ritmo de la acción con la palabra y la melodía. Estos juegos del
adulto con el niño se continúan con los que realizarán los niños entre sí, o
los que promoverá el maestro en las diferentes secciones del Nivel Inicial. La
tradición provee de un sin número de juegos para cuando los niños comienzan a
tener mayor autonomía en su lenguaje, en sus desplazamientos y dominio en su motricidad
en general: juegos de sorteo, juegos ritmados acompañados con palmeos, con
objetos diversos, con coreografías y, finalmente, un vasto repertorio de
rondas.
El cancionero infantil de autor
Nuestro país cuenta con numerosos autores y grupos
autorales que de-dican su producción a la creación de canciones
para niños. En los últimos tiempos se ha incrementado y ampliado
considerablemente la grabación de CDs. cuyo conocimiento y selección exige
tiempo y merece dedicación. Esta producción está vigente y circula en
ámbitos conocidos que favorecen su difusión: conciertos y espectáculos,
que en muchas ocasiones ofrecen salas oficiales. Tal el caso del
Momusi (Movimiento de música para niños) que congrega y convoca a muchos de
estos autores y grupos de músicos que hacen de la canción infantil un producto creativo de calidad.
La selección del cancionero
La producción para niños es muy vasta, pero junto
a la obra de muy buenos autores se difunde un gran número de canciones de bajo
nivel literario y musical. Sería ideal que el maestro estuviera atento a estas peculiaridades
del repertorio, siendo selectivo y crítico en todos los aspectos musicales de la
canción elegida. Además será necesario que los maestros otorguen mucha atención
a la calidad poética del cancionero que utilizan para escuchar y cantar con sus
alumnos. Un repertorio bien seleccionado ayuda al desarrollo de la percepción y
educa la sensibilidad musical de los alumnos.
El cancionero infantil ha corrido diversa suerte en las
últimas décadas y no ha podido mantenerse al margen de los medios masivos
de comunicación, encargados de transmitir y difundir nuevos estilos, más
vinculados al fenómeno audiovisual de gran consumo que a plasmar y
conservar los valores musicales.
Los conductores de programas infantiles - salvo raras
excepciones - utilizan un ritmo agitado con una oferta de estímulos
superpuestos – coreográficos, escénicos, de indumentaria – que paradójicamente
no evolucionan, dado que una vez instalada la estructura, ésta se
estanca y no se desarrolla. La re-petición es incesante y los acontecimientos
solo permiten variaciones mínimas. Y todo ese conjunto de condiciones recibe el
nombre de “Música Infantil” o a la idea muy difundida que se tiene de
ella. En este contexto la música debe ser “movida”, “pegadiza”, de muy rápida
aceptación y, fundamentalmente, tener “mucho ritmo”, es decir, cierta velocidad
y reiteración sin variaciones. No podemos hablar entonces de sutilezas
tímbricas, ni de movimientos tranquilos, ni expresar diferentes emociones entre
las que no tienen cabida ni la tristeza, niel pesar.
Una de las modalidades que más caracterizan el consumo de
la música “televisiva” es la elección sin reflexión, que privilegia
aspectos intuitivos: "me gusta", "no me agrada", etc.,
que niega per se la posibilidad de sucesivas escuchas, luego de las cuales la
impresión inicial raramente se sostiene. Desde la posición del docente de
música, la tarea de selección del cancionero infantil que utiliza se hace
perentoria. Cada canción seleccionada deberá responder a numerosas preguntas.
Si en la búsqueda del repertorio para los niños del nivel esas preguntas
funcionan como "filtro" y determinan su elección, se estarán trazando
criterios de valor. Un cancionero bien seleccionado, de buen nivel musical,
acerca la música a sus mejores expresiones.
La comprensión y el conocimiento del cancionero facilitan
al docente su elección y adecuación a cada grupo, a cada nivel, a diferentes
contenidos, a diferentes actividades. Será conveniente contar con la aceptación
de los niños: una canción elegida y aceptada de común acuerdo inicia
gozosamente un itinerario que puede dejar huellas emotivas en la vida de un
niño. De este modo el docente encontrará en el cancionero infantil los recursos
musicales necesarios para el mejor logro de sus aspiraciones: el disfrute y el
placer musical transmitiendo los mejores valores de la música.
Los textos de las canciones
Las preocupaciones de los escritores se justifican frente
a la invasión de una poesía “utilitaria”, bien intencionada y desbordante
de objetivos educativos, pero carente de la “función poética del
lenguaje”.
El cancionero infantil ha corrido diversa suerte en las
últimas décadas y no ha podido mantenerse al margen de los medios masivos
de comunicación, encargados de transmitir y difundir nuevos estilos, más
vinculados al fenómeno audiovisual de gran consumo que a plasmar y
conservar los valores musicales.
Los conductores de programas infantiles - salvo raras
excepciones - utilizan un ritmo agitado con una oferta de estímulos
superpuestos – coreográficos, escénicos, de indumentaria – que paradójicamente
no evolucionan, dado que una vez instalada la estructura, ésta se
estanca y no se desarrolla. La re-petición es incesante y los acontecimientos
solo permiten variaciones mínimas. Y todo ese conjunto de condiciones recibe el
nombre de “Música Infantil” o a la idea muy difundida que se tiene de
ella. En este contexto la música debe ser “movida”, “pegadiza”, de muy rápida
aceptación y, fundamentalmente, tener “mucho ritmo”, es decir, cierta velocidad
y reiteración sin variaciones. No podemos hablar entonces de sutilezas
tímbricas, ni de movimientos tranquilos, ni expresar diferentes emociones entre
las que no tienen cabida ni la tristeza, niel pesar.
Una de las modalidades que más caracterizan el consumo de
la música “televisiva” es la elección sin reflexión, que privilegia
aspectos intuitivos: "me gusta", "no me agrada", etc.,
que niega per se la posibilidad de sucesivas escuchas, luego de las cuales la
impresión inicial raramente se sostiene.Desde la posición del docente de música,
la tarea de selección del cancionero infantil que utiliza se hace
perentoria. Cada canción seleccionada deberá responder a numerosas preguntas.
Si en la búsqueda del repertorio para los niños del nivel esas preguntas
funcionan como "filtro" y determinan su elección, se estarán trazando
criterios de valor. Un cancionero bien seleccionado, de buen nivel musical,
acerca la música a sus mejores expresiones.
La comprensión y el conocimiento del cancionero facilita
al docente sus elección y adecuación a cada grupo, a cada nivel, a diferentes
contenidos, a diferentes actividades. Será conveniente contar con la aceptación
de los niños: una canción elegida y aceptada de común acuerdo inicia
gozosamente un itinerario que puede dejar huellas emotivas en la vida de un
niño. De este modo el docente encontrará en el cancionero infantil los recursos
musicales necesarios para el mejor logro de sus aspiraciones: el disfrute y el
placer musical transmitiendo los mejores valores de la música.
Los textos de las canciones
Las preocupaciones de los escritores se justifican frente
a la invasión de una poesía “utilitaria”, bien intencionada y desbordante
de objetivos educativos, pero carente de la “función poética del lenguaje”.
Volviendo a la música cabría formularse varias preguntas. Cuando seelige
el cancionero ¿se tiene en cuenta el nivel poético del texto? Cuando
se agregan o reemplazan versos y estrofas en una canción de autor ¿no se
estarán desvirtuando sus valores poéticos y formales? Cuando se componen
canciones para “uso didáctico” ¿no sería conveniente reflexionar previamente acerca
de su calidad y real eficacia? Lejos de impedir las producciones
tanto de alumnos como de docentes, estos puntos de reflexión podrían incidir en
su mejoramiento y en nuevos objetivos dentro del campo poético-musical.
La creación de canciones no es sencilla. Se requieren
tantas condiciones musicales como poéticas. Al sumar música y poesía, se están
asociando dos lenguajes, con sus propias exigencias, con sus propias
características. A los creadores les cabe una gran responsabilidad:
asumir ambas con igual capacidad o compartir autoría.
Otras actividades Escuchando una canción
grabada
Con niños de 3 años de edad --Saben, chicos...Y los
chicos "saben" que la maestra quiere decirles "algo". Le
dirigen su mirada y toda su atención.--Quiero contarles que: "Un
grillito se mojó, con dos gotas de rocío, y cantando estornudó...-Ay, casi,
casi me resfrío"....Cuenta la maestra y sin interrupción
"brotan" del grabador sonidos que crean el ambiente adecuado.
Con renovado interés, los ojos van ahora en dirección a los parlantes. Sobre
ese fondo sonoro," colchón" continuo y sostenido, aparece la
canción; sin prisa, canta al grillito mojado con dos gotas de rocío, que en la
grabación aparecen como dos cuentas cristalinas, "recortadas"
del fondo con figuras precisas y brillantes. Algunos chicos mueven los
labios, siguiendo el texto. El "estornudo" provoca un momento de
suspenso. La atención se intensifica: adelantan el torso y abren más los
ojos... Un "glisando" de sonidos ascendentes, refuerza la
tensión y acompaña al
estornudo...El grillito, así, casi se resfría. Y para
corroborarlo, otros sonidos "tiemblan" y se agitan, como cuando nos
resfriamos. El fondo sonoro inicial y el "temblor del
resfrío" continúan un rato más, alargando el paisaje luego que la
canción hubo finaliza- do con su propia melodía y con el cierre del mismo
instrumento que acompañó al estornudo. Tanta tensión requirió una resolución
más prolongada que la proporcionada por el texto.
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La maestra apaga el grabador y observa a sus alumnos.
Quedaron pen-sativos... abstraídos... emocionados... La maestra espera. Desde
el fondo de la ronda, alguien dice... "otra vez"...--¿Escuchamos otra
vez? Y aquí el camino se bifurca, de acuerdo a la experiencia de los
alumnos y a los objetivos del docente. ¿Escuchar nuevamente para
reencontrarse con cada sorpresa sonora? ¿Para descubrir los instrumentos
que participaron en esta grabación? ¿Para poder "mostrar" alguno de
los instrumentos utilizados y su modo de acción para producir sonido? ¿Para buscar
luego en la sala instrumentos similares a los escuchados? Todas estas
posibilidades se abren y el docente tomará decisiones que marcarán el rumbo y
orientación de las nuevas actividades, de los siguientes aprendizajes. Condiciones:
para el logro de esta actividad es fundamental que el maestro preserve
las condiciones para una buena escucha: el casete o CD. en buen estado, el
“tema en punta” (en el caso del casete) para no perder tiempo en su búsqueda,
un equipo de sonido que reproduzca la música con fidelidad aceptable, el nivel
de la reproducción que llegue adecuadamente a todo el grupo de alumnos.
Sugerimos que los niños se ubiquen cómodamente en sillitas o sobre el suelo, y
a distancia razonable de los parlantes. Es imprescindible que el docente
cree el “clima” adecuado para propiciar la escucha atenta. En ocasiones, este
clima requiere solo de la ambientación de la sala y de la disposición de los niños.
En otras, un breve comentario puede ser antesala de la curiosidad y dela
audición sostenida.
Un mundo de sonidos por descubrir
“
Las verdaderas innovaciones que aporta a la educación
musical la inclusión de los "materiales de desecho" para
producir sonido, merecen explicitación y detenimiento. A medida que se
acumulan materiales diferentes y se ponen a disposición de las actividades
del nivel inicial, se comprueba que: -Hay una cantidad y diversidad
sorprendente de materiales adecuados para producir sonido.-La exploración
sonora con estos objetos cotidianos da cuenta de una riqueza insospechada.
Sin referentes ni modelos preexistentes, hay apertura a nuevos usos.-Para
la producción de sonido los niños ponen en juego acciones motrices
muy diversas que se irán complejizando: percutir, raspar, entrechocar,
frotar, sacudir, soplar, etc. Para los niños pequeños el trabajo de exploración
con los materiales cotidianos es una fuente inagotable de aprendizaje, motriz y
perceptivo. Con diferentes acciones – modos de acción o ejecución-, variando
palillos y baquetas,
.
se producen modificaciones en los sonidos resultantes:
otro registro, otra duración, otra intensidad, otro timbre. La exploración
descubre un amplísimo universo sonoro”
Explorando sonidos
Con niños de 4 años de edad
Variados objetos metálicos –de uso doméstico o industrial
–seleccionados por el docente y repartidos en el grupo, darán cuenta de sus
características sonoras:
--¿Duran mucho? --¿Tiemblan cuando
suenan? --¿Todavía sigue?--(acercando el objeto al oído)--¿Y si lo
apagamos? ¿Con qué? --¿Cuál dura más tiempo? --¿Con qué palillo suena
mejor: con el de madera, el de plástico, el de metal? --¿Hacemos un
collar de sonidos metálicos? Toquemos uno después de otro...en
ronda.--¿Hay más graves, más agudos? --Ahora podemos tocarlos de manera
que parezcan sonidos muy lejanos.--¿A qué se parecen? (Algunos más
que otros se asemejan a campanas)--¿Hacemos un campanario? ¿Cuáles
elegimos? --¿Y si hacemos dos campanarios, uno cerca y otro muy
lejos, en el fondo de la sala? --Escuchemos como suenan... primero
uno... luego el otro... como si conversaran...luego los dos, casi juntos...--¿Y
si ahora acompañamos una música a la que le queden bien las campanas? --Escuchemos
primero una música. Ahora otra. ¿Cuál eligen? --¿Quién quiere ser el
director de la música acompañada por los dos campanarios? --Probemos
grabarlo. Luego escuchamos la grabación.
La secuencia de actividades permitió explorar
características de los objetos metálicos y luego realizar una pequeña “producción”,
dirigida y grabada. Esta secuencia de sonidos metálicos puede tener
su continuación en una próxima clase, con otros objetos metálicos aportados por los
niños.
Condiciones: para concretar esta actividad el maestro
habrá reunido suficientes objetos e instrumentos de metal que puedan producir
buen sonido. Necesitó probarlos, “tocarlos” de diferentes formas y con
distintos palillos para conocer diferentes respuestas sonoras. Esta exploración previa
del maestro determinará en primer lugar la elección de los materiales que
acercará a los niños y su conocimiento será de ayuda en el momento de la
ejecución individual y conjunta. Asimismo pudo acondicionar el espacio de modo
que los alumnos pudieran utilizar distintos rincones para la conformación de
los “campanarios”. Es de destacar que la escucha sonora es un aspecto
relevante,
A lo largo de esta y de clases sucesivas. La escucha
acompaña todas las actividades sonoras y musicales, constituyendo el factor más
relevante y específico dela educación musical.
Ejecutando instrumentos
Con niños de 5 años de edad
Los instrumentos no convencionales como los
“Cotidiáfonos”, sin referentes previos para su ejecución, propician el uso de
diferentes modos de acción instrumental para la producción de sonidos.
Los niños, sentados en ronda en el suelo, reciben de su
maestro un par de potes iguales de plástico (en el grupo habrá modelos de
diferente tamaño y grosor). El maestro recomienda el cuidado del material
en primer lugar; luego invita a cada niño a “saludar” al grupo con los
envases, tocando libremente. Luego de ese saludo el maestro propone
que prueben diferentes modos de acción para producir sonidos con sus
envases.--Ahora elijan una forma de tocar que les guste mucho y practíquenla:
no la olviden. (Todos los alumnos tocan simultáneamente el modo
de acción elegido).--Escuchemos a M... (y luego de escucharla)--toquemos
igual, igual que ella.--Ahora escuchemos a L…. El toca de una manera muy, muy
diferente de M…Imitemos todos a L… (Mientras todos imitan a L… el maestro improvisará
alguna melodía con la flauta dulce, o con el piano, o entonará alguna canción
que se adecue a la ejecución grupal).--¿De cuántas maneras diferentes
tocamos los envases? --M… los entrechoca en el aire. L… raspa los envases
entre sí. A… los frota suavemente contra el piso. V… los tira y los
envases rebotan. P… golpea los envases contra el piso...--Ahora cierren
los ojos. ¿Adivinan qué estoy haciendo yo? --Es cierto, golpeo el
piso; pero primero con una mano, luego con otra.--¿Y si tocamos así todos, primero
lentamente y de a poco más rápido? ¿Y ahora más rápido
aún? --Los sonidos que hicimos se parecen a los que hacen los caballos
cuando van “al paso”, luego “al trote”, luego “al galope”.-- Probemos
estas tres maneras. Cuando lleguemos” al galope” se va a parecer a
una tropilla de caballos.--Escuchemos una grabación con estos sonidos
(“Caballos” de Cuadros Sonoros)--Para la vez que viene traigan un par de potes
y prueben hacer otros sonidos tocando de modos diferentes.
Las actividades de ejecución instrumental descriptas pueden
continuar-se en otra clase. La reflexión y los aprendizajes que puedan dar lugar a
una segunda actividad será el inicio de una producción utilizando estos y otros
so-nidos para realizar un “cuadro sonoro”, para sonorizar un cuento, para
orquestar una canción.
Condiciones: para realizar esta actividad será necesario
que el maestro haya seleccionado tantos pares de envases como alumnos hay en el
grupo y algunos más, previendo posibles roturas durante la ejecución. Esta selección
de los envases deberá hacerse con detenimiento, evitando se incluyan
aquellos con roturas que pueden lastimar. Aunque la acción instrumental es el
objetivo específico de esta actividad, la escucha sonora debe acompañar con
detenimiento cada logro, cada avance. En consecuencia los sonidos producidos mediante
los diferentes modos de acción instrumental deberán ser escuchados y reconocidos,
con detenimiento y con toda la atención que merecen. Es de in-dudable ayuda la
disposición de los niños en ronda, sentados sobre el suelo .Para ello será
necesario despejar la sala, y en lo posible, asearla. El uso del suelo como
superficie para producir sonidos es de gran riqueza; pero es más confortable si
su superficie es lisa y limpia, sin restos de materiales de otras actividades.
Orquestando una canción
Con el mismo grupo de alumnos.
En la clase siguiente volveremos a los sonidos producidos
con los envases y podremos:
--Comparar sus características.--Relacionar los sonidos
con los modos de acción para producirlos.--Vincular los materiales y tamaños
de los envases con los sonidos producidos.--Comparar los sonidos producidos con
los mismos envases y con diferentes modos de acción.--Identificar y
reconocer los sonidos y los modos de acción sin mirar a los “ejecutantes”.--Hacer
escuchar alguna grabación con canciones orquestadas con envases similares
como “Un cocherito”, “Señora Sant´Anna” de Ruidos y Ruiditos
(Ver discografía)--Luego de elegir la canción, y de determinar alguna de
sus características – carácter, estilo, forma - , pensar en los
instrumentos que se pueden usar para su orquestación.--De los sonidos
producidos elegiremos selectivamente aquellos que se adecuen para
acompañar la canción elegida.--Se podrán agregar otros instrumentos para acompañar
la canción y que combinen con los sonidos ya elegidos y producidos con los
envases, por ejemplo una pandereta, castañuelas con mango, maracas con
diferentes objetos en su interior, etc.-Los niños podrán dar ideas
anticipando posibles combinaciones.
Luego vendrá la coordinación general y la orquestación
puede determinar una actividad conjunta muy creativa.
--¿En la primera estrofa quienes tocan? ¿Solamente los envases? --¿En
la segunda estrofa agregamos la pandereta? ¿Probamos cómo
“queda”? --¿Y en la tercera estrofa sumamos los envases, la pandereta, las
castañuelas y las maracas? --Probemos, a ver cómo resulta la
combinación.--¿Quiénes tocan? ¿Quiénes cantan? --¿Alguien se anima a
dirigir al “coro y a la orquesta”? --Cambiemos. Otros que canten y otros
que toquen.--¿Les gustó? Grabemos y luego escuchemos...
Condiciones: las condiciones para esta actividad son
similares a la anterior pero será muy importante que se favorezcan además, los
requisitos de la ejecución conjunta: escucharse, respetar las indicaciones o
“gestos” del director, que determinarán la “forma” de la producción orquestal.
Evocaciones sonoras
Con niños de 3, 4 y 5 años de edad
La atracción por el sonido en sí mismo, presente desde
los primeros meses de vida del niño, no decrece y se le suma el gusto por lo
que el sonido evoca, por la imagen que hace nacer. Los dos comportamientos no
se excluyen entre sí y pueden complementarse.
"Por una parte nos apoyaremos en esta
empresa de lo imaginario; simultáneamente mantendremos esta atracción por
el sonido en tanto sonido y este gusto de producirlo por ellos
mismos"
Con los Cotidiáfonos se pueden concretar hermosas escenas
de evocación sonora: pájaros, paisaje, viejo tren, una máquina, relojes, en la
granja, tormenta, son algunas de las posibilidades para producciones grupales,
con gran participación individual. Estas composiciones se logran con la
selección de los instrumentos y Cotidiáfonos adecuados y su eficaz combinación.
--Unas cuantas bolsitas de plástico "levemente
crocantes" - primero recortadas- fueron apretujadas en el hueco
de las manos para formar "bollitos".--¿Llueve?-pregunta la maestra,
mientras el bollito rota entre sus manos.
Se reparten bolsitas, con las que cada alumno forma un
“bollito. Cuando todos lo rotan suavemente entre las manos:-
-Y ahora, una lluvia finita, finita.--Hmmm... Llueve cada
vez más fuerte...--¡Qué viento!!! Todos soplan, con energía y con sonidos
cambiantes.--Sigue la lluvia, el viento y también hay truenos!!! Dos
o tres chicos agitan continuadamente y con cambios de energía
placas radiográficas y hojas de cartulina, tomándolas desde sus bordes.--¡Qué
miedo!!! --La lluvia no para... sigue y sigue...--Y las gotas van cayendo
de a una, luego muchas, en el charco.
Gotas con los labios, con chasquidos de la lengua,
primero espaciadas, luego más seguidas...--Se oye un trueno, lejos, muy
lejos...apenas se oye...--De a poco, la lluvia va parando… Ya no llueve
más!!! --Cantamos alguna canción de la lluvia, con
"lluvia", "gotitas" "viento" y "true- nos"?
--¿Quienes cantan? ¿Quienes tocan? Condiciones: la
preparación de los materiales es fundamental para el logro delas evocaciones
sonoras; luego la coordinación de la ejecución grupal, que deberá
ceñirse a los requisitos de los sonidos evocados, con la adecuada distribución
grupal de los materiales y su ubicación en el espacio. Ciertas acciones que
requieren más energía e independencia podrán ser asumidas por los niños mayores,
mientras que de las “grupales” podrán hacerse cargo los más pequeños (Ej. rotar
los “bollitos” entre las dos manos”.
Es difícil hacer un listado de "Cotidiáfonos"
para engrosar el instrumental sonoro y musical del jardín. Siempre habrá
múltiples posibilidades, dependiendo de los objetos de los que se pueda
disponer y, por sobre todo, de las ideas que se generen para su
recolección, confección y uso. En los envases de diferente tamaño y diversidad
de formas, encontramos un material de innumerables aplicaciones, como también
tapas y tapitas, tubos y mangueras, llaves y argollas, peines,
radiografías, resortes, objetos de broncería, bolsitas de polietileno abiertas.
etc. No se ha mencionado hasta aquí el uso de materiales y objetos de
origen natural, presentes en diferentes zonas del país. Semillas, vainas,
cañas, ramas, calabazas, caracoles son encontrados y coleccionados por los
niños y pueden constituir la materia prima de nuevos instrumentos sonoros,
tal como fueron hallados o con sencillas tareas de confección. No
olvidemos que un buen nú- mero de instrumentos típicos de cada región
están fabricados artesanalmente con materiales de origen natural:
maderas y cueros se suman al listado ante- rior y el
instrumental resultante engrosa, junto a instrumentos más industriales las
posibilidades de producción sonora y musical”.
A modo de cierre....
Las diferentes propuestas de actividades de este artículo
solo son sugerencias para ser desarrolladas con continuidad. En cuanto a las
edades asignadas son tentativas: las mismas dependerán del grupo de alumnos, de
su historia y de sus experiencias previas. Toda la dedicación que el
maestro otorgue a las actividades musicales, bien orientadas y
planificadas, darán su fruto. La respuesta entusiasta de sus
alumnos, la adhesión a las propuestas, el crecimiento sensible y emocional y el
disfrute que evidencien serán testimonio de un logro esperado, de un objetivo
bien planificado y de un propósito que encontró el camino adecuado en un terreno
rico y sinuoso como es el de la Educación Musical en el Nivel Inicial.